La temporada de pesca sin muerte que se mantenía en los ríos regulados ha finalizado el pasado 15 de octubre.
En las últimas jornadas se ha notado la presencia de aficionados en el río, ya que se ha pescado realmente bien. Con la llegada del otoño las truchas deben alimentarse abundantemente de cara a afrontar las frezas lo que unido a que los caudales de los ríos se reducen por el final de la campaña de riegos, las hacen más vulnerables.
Los pescadores vadean sin dificultad y las truchas «comen» más nobles. Cuestión diferente es como afecta esta sobrepesca a la salud de las «pintonas» al comienzo de su ciclo reproductivo.
A la hora de hacer un balance general puede decirse que la temporada comenzó mal pero fue mejorando especialmente en los ríos no regulados a medida que llegaba el verano.
En los ríos regulados se ha visto mucha trucha, pero pequeña. Los pescadores se preguntan lo que pasa con estas truchas durante el invierno, pues en la siguiente temporada, cuando deberían tener 30-35 centímetros, resulta que han desaparecido. Posiblemente los cormoranes, que ya están entrando, tengan mucho que ver.
Por ríos podríamos decir que el Órbigo ha vuelto a ser el que más satisfacciones ha dado a los aficionados.